La Lista
Tengo
una lista de cosas tengo que hacer,
te confieso, 12 cosas en mi lista, ¿Por
qué no llegue a 15 siquiera? Pues para que veas que mi vida es algo aburrida
actualmente, pero aquí entre nos, llegue a 13, pero borre una, la que menos me debatía
entre borrarla o no, no es que sea supersticiosa, pero vamos, esta lista la
encontrarán y no, por alguna razón no
quiero que piensen que puse 13 porque entonces sí que pensarían que fue algo
que tenía que ver con algo que realmente no tiene nada que ver.
Mi vida
ha sido una serie de desaciertos de unos años para adelante, no es mala suerte ¿O sí? No importa,
no creo mucho en que el destino está escrito en las líneas de una mano, porque
entonces la línea de mi mano, no abarcaría toda la palma, o eso creo.
Hoy es
noche de un martes, es otoño ahora, por lo que corre una brisa fría y el viento
levanta algunos desperdicios que la gente vota a la calle. He quedado con Juan, un amigo que conozco
hace unos años, fue mi vecino durante algún tiempo y ahora vive casi al otro lado
de la ciudad con una novia chaparrita, de un metro cincuenta tal vez, tiene
pecas y el cabello todo rizadote, me hace gracia cuando la veo, ahora ella está
de viaje visitando a sus padres o engañándole con otro hombre, no te creas, esas
mosquitas muertas son de las peores, sí te lo diré yo, pero claro, nunca le insinuaré eso a Juan, nunca le diría
que vi a su novia perfecta con un tipo, bien acobijados la otra noche en el
cine. No, no, claro que no le diré eso. ¡Oye, yo no soy una chismosa! O tal
vez, se lo diría, si él no anduviera presumiendo lo perfecta que es la
señorita, “Me recuesto en brazos de otro
hombre”, en fin. Me molesta un poco que nunca me haya propuesto a mí para
andar formalmente cuando tuvimos la oportunidad, no es que ahora, lo aceptaría,
porque aunque Juan es todo un buen prospecto y es la clase de chico que les
presentarías a tus amigas solo para alardear de tu buen gusto y suerte, no es
la clase de chico que presentarías a tus padres. No, Juan, lo siento, no somos
el uno para el otro, aunque esta noche tu cama piense lo contrario. Sorry,sorry,
si piensas que soy una perra, eso está bien por ahora.
En la lista
el número 9,check. Listo y hecho.
La otra
noche con Juan no fue ni de lejos perfecto, pero no estuvo nada mal tampoco.
Hay algo en sus brazos, aunque sabe besar y me hace rogarle por uno más, siento
que es solo eso, piel con piel y nada más, no hay sentimientosy estoy harta de
eso, pero era necesario hacer aquello, era necesario decirle a Juan lo que
sentía y no con palabras porque entre nosotros no hay nada ya que decir, y ese
es el problema y no importa, ya le puse punto final, así que olvídalo.
Domingo
al mediodía, estoy cenando con mi padrastro y su nueva joven esposa con muchosbotox
en la cara. Mi padre murió o me abandono o quien sabe qué. Okey, eso no es
verdad, mi padre nos abandonó a mi madre y
a mí cuando yo era una bebe y luego murió en unaccidente de tránsito,
maldito chofer ebrio, se llevó a once personas más con él. Maldito, resultaste
ser un mal padre y aparte un borracho que salió a conducir su taxi alquilado y
chocó y te mataste y mataste a otros, mi padre fue un asesino, pero no es algo
que me guste recordar o decir, de hecho nadie lo sabe, nadie.
Mi
madre se casó cuando yo tenía diez años, mi padrastro Joel es un buen tipo, la
verdad nunca me llevo en sus brazos como he visto que otros padres lo hacen, pero
tampoco hizo que me faltará algo, así que no me quejo de él, y aunque no tiene
otros hijos me doy cuenta que el ser cariñoso no es su fuerte, ni su nada. Mi
madre murió hace 6 añosy 3 meses, cáncer, no quiero hablar de eso. Mi padrastro
se volvió a juntar con esta señora que prefiere que le diga “Lita” diminutivo de Carmencita, no
entiendo por qué quiere que le diga así y no, no le doy, ni le daré ese gusto.
He
venido a almorzar con ellosporque es lo más cercano a familia que tengo, exceptuando
a la “no tengo 38, solo 30 años” a
veces lo he llamado papá y hoy al despedirme le he dicho, gracias papá, pero
muy muy bajito, seguro no me oyó, o tal vez si, ya no importa.
En la
lista el número 10. Check y Listo.
He salido
con algunas amigas, fuimos al museo, al cine, a una discoteca y luego a comer
piernas de pollo, como si no existiera un mañana y el verano no esté a la
vuelta de la esquina. Comimos tanto que la barriga nos dolió y nos pesaba
caminar, sí, tanto así comimos. Me divertí tanto.
Ellas
hacen preguntas de “cómoestásentu vida
sentimental”- ¿Qué fue de él? Nada, somos amigos - ¿Y el otro el que trabajaba, en en en, este que cocía ropa?- No cocía
ropa, diseñaba (es mentira, pero así les dije a ellas) también somos amigos” - O ya sé, ¿Y tu amigo él él él, ay como se
llamaba?- Sí, ya sé cuál, élestábien supongo. Ahí.
En la
lista el número 11. Check y Listo.
La
ultima cosa de mi lista, es la primera realmente, sí, es que la escribí
primero, pero es lo último que queda por hacer y sí, le he estado rehuyendo a
eso.
Compre
la entrada hace dos meses atrás, el
tiembla en mi mano como una taza de café caliente. No sé por qué. Hoy se
presentará en el teatro de la ciudad colindante, será un viaje de dos horas en
un bus que hará paradas cada dos minutos, pero no hay de otra. Iré, iré. ¡Diablos,
he dicho que iré! ¡Tienes que ir!
Tengo que
estarallá a las siete de la noche en punto. A las tres de la tarde empiezo el
ritual de embellecerme, si es que es posible, me baño, me depilo, trato de
hacerme unas ondas en el cabello, lo cual ya es casi un imposible, al final a
las 5 menos 20, estoy lista o eso creo, el espejo dice lo contrario, pero no me
importa. Yo y el espejo nos llevamos jodidamente mal los últimos tres meses, el
insiste en que me veo como un cerdo inflado a más no poder, no, no tengo
anorexia actualmente, la tuve en mi adolescencia sí, pero mis padres me
ayudaron, me trataron, me curaron y todo ese rollo, pero aun por momentos ese
fantasma en el espejo se cuela por mi mente y se planta en el espejo, lo odio.
Salgo de mi casa.
El bus tarda
dos horas con 23 minutos a llegar a la otra ciudad y luego tomo un colectivo y
luego una moto taxiporque me he perdido, hasta que por fin de tanto trajín
logro llegar al teatro, 7:43pm, tarde, casi tarde, los mejores asientos están
ocupados, ya lo sé, ruego al cielo no me toque sentarme detrás de un hombre de
dos metros, porque entonces sí que estaré jodida, jodida, jodida. Esta manía
mía de repetir las cosas.
El
concierto no empieza a la hora pactada, pero eso es de esperarse, por suerte
delante de mí se sienta un familiar que seguro es pariente de la novia de Juan,
porque gracias a ella, tengo una vista genial de todo el auditorio y del
estrado y de él.
Él. Un
gran amigo. Alguien a quien alguna vez le conté todo de mí. Todo realmente.
La
próxima hora trascurre entre un hermoso vaivén de sonidos y melodías que me
hacen imaginar una primavera y con una vida donde no tengo esta lista de cosas
que hacer. Una vida mejor con montañas para escalar y sueños y amistad y amores
posibles… tal vez.
Cuando termina
el concierto muchos van tras bastidores a saludar a sus familiares de la
orquesta o incluso a pedir autógrafos o algo por el estilo, yo me muevo con
ellos marcando distancia, no tan cerca para que no me vean, no tan lejos con la
esperanza de que él me vea.
Ni una
de las dos cosas pasa. Pero yo si lo veo, estoy tentada a abrirme un lugar
entre este gentío y pararme frente de él y abrazarlo y conversar y apoyarme
sobre su hombro y sentir que mis problemas ya no pesan, porqueél me está
sosteniendo.
Luego
todo se vuelve un poco borroso realmente. Algunas cosas están jugando en mi
mente, estoy tratando de armar el rompecabezas de las últimas horas. Salí del
teatro, no había buses, ni autos, sabe el cielo como voy a regresar a casa. Una
vocecita en mi mente, me dice que regrese tras mis pasos, lo busque y le pida
me aloje por una noche. Sigo en el paradero, no hay nada. ¿Es mi imaginación o
esos dos tipos me han seguido desde la esquina del teatro? Camina, camina, me dice mi instinto, no te quedes parada aquí. Así que camino y rápido, muy rápido.
Y cosas
pasan. Cosas malas pasan. Esos tipos con navajas, no tengo mucho dinero en la
cartera, ellos piensan que sí, que me estoy resistiendo, y no recuerdo o no
quiero recordar más.
Despierto,
no sédónde estoy, no puedo recordar donde se supone debo estar. ¿Estoy ebria?
No, yo no he bebido los últimos meses, sí, okey, tal vez no haya ido a todas
las reuniones de alcohólicos anónimos ni a las citas con el psiquiatra, pero no
he tomado alcohol, muy segura. ¿Perodónde estoy? Mi cuerpo se siente muy muy
liviano, lo que es extraño. ¿Estoy un hospital? Por qué no luce como mi cuarto
o como el cuarto de algún amigo, no es que me haya estado acostando con amigos
tampoco. Ya te he dicho que no. Deje de hacerlo, lo de Juan solo fue… solo fue
y ya. Detesto que siempre me juzguen por eso, es parte de mi pasado, todos
tienen un pasado y yo no se los ando restregando en su cara, me gustaría que no
hicieran lo mismo conmigo.
Sigo
sin saber dónde estoy, salgo de la cama, ¿O no era cama?, es como si mi mente
fuera un cuarto de cuatro paredes blancas, no puedo recordar nada, excepto mi
nombre, mi nombre es... mi nombre es, lo tengo en la punta de la lengua. ¡Diablos!.
Claro que sé mi nombre, no pienses que soy una enferma mental, solo que es como
si no pudiera hablar, como si hubiera algo aquí en mi garganta, se siente como
una tos que nunca sale. Llevo mis manos hasta mi cuello, siento algo abierto,
como un corte y tubos.
Necesito
llegar a un espejo, pronto, pronto. No hay espejos, no quiero volver a poner
mis manos ahí, se sentía horrible. No estoy loca, solo asustada, aterrada,
necesito que alguien me ayude ahora.
¡NO SE
QUE DIABLOS PASO! ¡NO SÉ QUE DIABLOS PASA!
Camino
y sigo caminando aunque no sé adónde estoy yendo, nada conecta con mis
recuerdos, y no sé qué espero recordar, no sé adónde estoy yendo.
Paso
horas en la nada, me he dado cuenta que estoy soñando, ¿Sino cómo me explico
todo esto?, tiene que ser un sueño, así que no haré nada y me quedaré
tranquila, hasta que mi yo decida despertar.
Pero el
tiempo pasa, y pasa y sigue pasando y mi yo no despierta. No sé qué seguir
esperando. Hay momentos en los que todo es sonidos y voces y ruidos y música y
todo está bailando en mi mente y solo lo dejo ser, no sé por cuanto tiempo;
estoy cansada y quiero que vuelva el silencio, pero no lo hace nunca, así que
me esfuerzo por conectar las voces a la música, el sonido a algo, y es cuando
lo hago que puedo identificar una voz, una chillona voz y un rostro lo acompaña,
y es por primera vez después de mucho tiempo de nada, que recuerdo y veo en mi
mente, un rostro tremendamente familiar y una voz, y los recuerdos ahora ya
claros vienen y estoy viéndola en todos los escenarios, ya sé quién es ella, y
como es, sé todo, y ella es igual a mí, ¿Es mi hermana gemela?, tiene que serlo,
no obstante, yo no tengo una hermana gemela. Lo sé.
Los
demás recuerdos, rostros y voces llegan poco a poco, algunos llegan acompañados
de momentos dolorosos y otros de momentos felices que revivo una y otra vez,
los momentos tristes sin embargo hacen que olvide cosas, y es complicado cuando
tengo uno de esos recuerdos, vuelvo a olvidar quien soy y solo quiero dormir,
dormir y no despertarme nunca, pero lo cierto es que tengo muchos momentos más
felices que esos.
El
tiempo sigue pasando y ahora escucho más claramente voces y el sonido de un
piano que llega a mi como traído por el viento, su voz es tan mágica y los
recuerdos vienen acompañando esa voz, aun no puedo llamarlo por su nombre pero él
lo hace. Dice frases como “despierta,
despierta”.
Estoy
durmiendo, pero no sécómo demonios hago para despertarme.
Y lo
peor es que, a ratos no quiero despertarme.
Ha pasado
mucho tiempo aquí en la esquina de esta habitación contemplando mi cuerpo casi
sin vida conectado a diezmilmáquinas que hacen lo imposible por traerme de
nuevo a ese cuerpo, no es que este en mis manos hacerlo y la verdad no sé si lo
haría, yo solo me he quedado aquí viendo a la fila de personas entrar y
evaluarme, rumorear cosas que no se atreven a decir ni en voz alta cuando están
a solas. Y también están la otra clase de personas, las que solo entran cinco
minutos y de uno en uno, hay días solo entran tipos que ni me esfuerzo en
recordar, dicen cosas como “quisiéramos
que vuelvas” o “ve en paz” puff.
Sin
embargo el otro día o no sécuándo, entro un chico, su rostro no me era familiar
y por más que me esforcé no pude conectarlo a ningún recuerdo que tuviera de
él, pero su voz y la forma en que me hablaba y en la que lloró por mí,
sosteniendo mi mano, hizo que quisiera más que nunca meterme a mi cuerpo y
limpiarle las lágrimas.
Él dijo
que éramos amigos y dijo que yo le quería, supongo que sí, también dijo que él
me amó. Y sí, sidolióporque lo dijo en pasado,
supongo que ya no lo hace, me pregunto que pude hacer para que él dejara
de quererme. Él lloro todos esos cinco minutos más cortos de la vida y se fue,
me duele un poco, por no ser capaz de recordarle. En otra ocasión vino un chico
de cabello color de hojas caídas de otoño, dijo que era mi primer amor y viendo
ahí, supongo que tuve buen gusto, se veía simpático, pero él no dijo más que
cuatro o cinco palabras y antes de irse se despidió de mi cuerpo, lo cual me dolió,
porque yo aún no estoy muerta, pero creo que él quería que lo estuviera o en
efecto, no le importó.
Últimamente
estoy muy cansada y los doctores y enfermeras no dejan de venir a verme a cada
momento, siempre que una maquina lanza un pitillo, un montón de doctores me
rodean, pienso que es mi fin, pero de alguna forma ellos consiguen seguir
manteniéndome aquí.
En
algún momento o día o noche, ya todo es muy difícil de describir para mí, llega
un chico seguido de otros y otros, es raro, porque ahora están dejando
entrar varios al mismo tiempo, lo cual
antes nunca paso, hago un esfuerzo por ponerme de pie y me acerco a ellos para
escucharles, esto se está tornando extraño.
Se
están despidiendo de mí, todos ellos, uno a uno, algunos de ellos se despiden
reprochándome.
Quisiera
poder decirles ahora que no me suicidé, okey, a lo mejor ¿Si lo hice? No lo sé,
quisiera decirles que lo lamento, que nada estaba teniendo sentido, que ellos
no me fallaron, que yo me fallé a mí, que quisiera tener una nueva oportunidad,
pero aun así, de tenerla no sabría qué hacer con ella. Estoy hablándoles aunque
ellos no me escuchan. Hasta que al final, solo queda uno de ellos. Y lo he
visto antes, ya ha venido, pero no puedo darle el rostro, no puedo, no quiero.
Música.
La noche del concierto. Última cosa que hacer de la lista. El teatro, esos
tipos que me seguían. Empiezan a juntarse piezas del puzle en mi cabeza.
Pero él
no me habla, saca una armónica de su bolsillo y empieza a tocar, de pronto
estoy llorando, yo, no mi cuerpo. No, espera, mi cuerpo también, mi cuerpo está
llorando.
¡ENFERMERA,
MI CUERPO ESTA LLORANDO! Estoy gritando
para que alguien se dé cuenta que mi cuerpo esta reaccionado, pero nadie me oye
o me ve, incluso él, él tiene los ojos cerrados con lágrimas corriéndole el
rostro, tampoco me ve.
-
¿Por qué? Yo te quería, yo te
quiero, ¿Por quéno viniste a mí? Sé que no estamos juntos, pero podías haber
venido a mí, dijiste que siempre seriamos amigos. ¿Por qué no te quedaste
conmigo?¿Por qué ahora te vas? Hay tantas cosas que aún no hicimos, tantas
promesas que me estás impidiendo cumplir. ¿Por qué?
Y un
segundo y él se ha ido, con su música, y con sus recuerdos y con su alegría.
Tal vez es hora de irme también yo, todos ya se han despedido de mí, ¿Aqué
espero? ¿No era acaso este el plan inicial?
Y es
cuando empiezo a dejarme ir, que abro los ojos y no puedo hablar.
En ese
momento no entiendo nada, incluso los siguientes días tampoco entiendo nada, me
toma muchos días entender todo y terminar de armar el puzle en mi mente.
No
puedo hablar ahora, necesitaré terapia del lenguaje para volver a hacerlo. Mi
mente ha borrado muchas cosas de ese día, de esa hora, de esos quince minutos
más negros de mi vida.
Ahora
tengo una nueva lista de cosas. ¡Quién lo diría!
Esta es
la lista de cosas que pienso hacer hoy o cuando me den de alta de este
hospital, que espero sea pronto. La comida es un asco aquí.
1.- Botar
las 30 pastillas que tengo escondidas en
mi cuarto, ya no voy a suicidarme.
2.- Voy
a retomar mis clases de alpinismo, si muero, que sea haciendo algo que me
apasiona.
3.- Voy
a ir a su concierto, donde sea y cuando sea y voy a ir tras bastidores a
abrazarlo y cumpliremos todas las promesas que él me hizo, viajaremos juntos.
4.- Y
por último y en primer lugar. Voy a empezar a vivir mi vida.
Autor: Flor Chávez – Perú
Edad: 25 años